Hoy me he levantado de la mesa del comedor muy enfadada, y te explicaré por qué.
No es la primera vez que escucho de los labios de una compañera de trabajo (compatriota de Merkel) expresar su "descontento" por pácticamente TODO lo del país en el que vive desde hace ya unos pocos años: las condiciones de trabajo, sanidad, política, comida, poca preparación ante una nevada en plena costa (algo muy habitual por lo visto según su credo), la ornamentación navideña, el ruido de las palomas, los colores de las líneas de metro, etc., etc.
Lo que más me sorprende es que parece olvidar que éste es el país que le está dando de comer (pues tiene trabajo, y es una empresa española), con el que gana un sueldo que le permite pagar sus facturas, salir de noche, irse de vacaciones... Y teniendo en cuenta la cifra de paro, no es para despreciarlo tan a la ligera...
Soy perfectamente consciente de las deficiencias de mi país, pero lo que básicamente me saca de mis casillas es la ingratitud de personas que ocupan puestos de trabajo y se creen con el derecho de criticar sin pararse a pensar en lo que están diciendo. Sencillamente me dan ganas de decirle: pues mira maja, si tan poco te gusta mi hogar, vuelve al tuyo. Porque, y sólo por informarte, en Barcelona NO es habitual que nieve y cuaje, la seguridad social da servicio a millones de personas independientemente de si la pueden pagar o no (la mala gestión y la irresponsabilidad de los usuarios es lo que la lleva a la quiebra), el clima es maravilloso, la política es deprimente pero al menos no provocamos rumores falsos sobre productos españoles cuando la negligencia fue de tu país sólo para potenciar los mismos productos de tus "vecinos", y la empresa en la que trabajas y que te ha contratado es una empresa familiar española, y, para más INRI ¡tu novio es del país al que criticas!
Cuando he ido de viaje, nunca me he quejado de la comida, simplemente me he buscado la vida para encontrar la opción que me gustara. Tampoco me quejo del tiempo, pues cuando iba ya lo sabía. Voy con mi seguro médico para estar cubierta. Intento ser correcta con las personas que viven en el país que estoy visitando, y no les paro para decirles lo sucio que está el transporte público (por ejemplo).
En resumen: aprende a disfrutar lo que tienes a tu alrededor, y, si no te gusta, te callas o regresa a tu genial país.
¡Feliz viernes!
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