31/8/12

Cuando la cultura vuelve a ser un lujo

Asumiendo que son los mismos bolsillos de siempre los que sangran, la subida del IVA también sangra al consumo de cultura y entretenimiento. Sí, es un hecho que el incremento del famoso IVA nos afecta a todos. Comer, ir a la peluquería, ducharte, encender la luz, moverte por tu ciudad... en definitiva, sobrevivir será un lujo.

En este post me centraré en la cultura y su consumo, concretamente en mis actividades más habituales.

Cine y teatro

Si el ir al cine ya suponía hacer una reflexión previa en cuanto a qué película y qué día irás, tras el incremento del infame impuesto ¿estarás dispuesto/a a pagar unos 25€ por ver una película en 3D con el pack "promocional" de palomitas y bebida? Personalmente, YO NO.

¿Aun se cuestionan por qué la gente consume cine pirata? El cine está en un grave peligro, y no está en manos de todos buscar una solución para que las salas no mueran. Un sector que claramente se verá amenazado es el de las salas que ofrecen películas en VOSE. En Barcelona (que es quizá el caso que conozco pues es mi ciudad), Cines Renoir, por poner un ejemplo, ya ha cerrado uno de sus cines ante la situación de crisis; y el Cine Boliche ya cayó en su momento. Si antes ya era necesaria una reinvención del consumo del cine, y se han visto casos en los que ha funcionado: "La gran quedada" de Cinesa, Bonos de verano de Cines Renoir, reposiciones de grandes películas del cine por parte de Cines Verdi, la experiencia Phenomena del Cine Urgell,...; ahora van a tener que dar un paso más, pues ahogados como vamos a ir los lujos no entran en nuestras listas de la compra.


El primero que conozco es el de Cines Renoir, que por el momento ha anunciado condiciones especiales determinadas. ¿Será el único que reaccione?

Con el teatro ocurre lo mismo, sólo que en sí el precio por entrada es mucho más elevado. Por mucho que a principios de año se indicara que seguíamos consumiendo mucho teatro, tengo mis dudas en cuanto a que ese consumo se mantenga, más bien tengo la sensación de que disminuirá. Particularmente, mi situación ante la elección de una obra de teatro o un concierto se rige por si encuentro un descuento o no. Si no lo obtengo, ya me puede gustar mucho, ser el concierto o la obra de teatro de mis sueños, sencillamente me quedo con las ganas de convertirme en su espectadora. En otras palabras, no es el "gusto" por el producto cultural el que me impulsa en el proceso de compra, es si está o no en la lista de ofertas. Si no está, no existe, ya que el encontrar un "mecenas" de compra de entradas es cada vez más difícil (amistades, padres y hermanos también sufren la crisis).

Además de la esperanza de propuestas creativas que propongan las empresas, las opciones inmediatas son más o menos claras:
  • Bonos para consumir cine a un precio reducido durante la semana.
  • Acuerdos con plataformas de ofertas como Let's Bonus, Groupalia, Ofertix...
  • Acuerdos con clubes de cultura como TresC.
Ya no es suficiente con el carné de puntos (y aquí haría una recomendación a la política de caducidad de los puntos de los cines Yelmo... deberían revisarla, sinceramente), deben atraer al consumidor ávido de disfrutar de un espectáculo. Dejen de regalar palomitas como si el precio fuera un ofertón (porque los precios son abusivos igualmente), y piensen en descuentos. Si las salas se llenan, todos ganamos. ¿O es mejor hacer un pase con el consumo de recursos humanos y de estructura con 7 personas en una sala de 200 butacas?



Libros

El tema libros también es preocupante, ya que soy una adicta a ellos y el incremento del IVA hará mella. Si un libro de entre 16€ y 21€ lo compro de uvas a brevas, y tiene que ser porque no aguanto a que salga la edición bolsillo (que me gusta mil veces más por su comodidad, su precio y su tamaño), ¿cómo voy a eso incrementarle un 3% más, y además comprarlo al ritmo que consumo lectura? Desde luego, en mi casa saltarán de alegría al ver que mi ritmo de introducción de nuevos títulos a la doble fila de libros en las estanterías se reduce, pero el sector editorial ya no va muy fino y, a diferencia del audiovisual, no ha sabido reinventarse.

El e-book sigue teniendo problemas a pesar de que su consumo se incrementa (en mi caso porque considero un timo pagar por algo digital un precio similar a la versión papel). Pero a parte del tema producto digital... ¿qué han hecho para fomentar el consumo editorial?

Me da la sensación que volvemos a la época en la que la cultura era un lujo accesible sólo a unos pocos... Es a lo que pretenden que vayamos y nos dejamos conducir como borregos.

Otro tema es, a los precios a lo que se ponen las cosas, ¿quién cree el Gobierno que va a consumir si cada vez somos menos los afortunados con un ingreso a final de mes? ¿Así pretenden reactivar la economía?


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Jessica




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