1/3/12

El síndrome de la pata de palo y compañía

Hay que ver lo que llega a reflexionar una mientras va en moto. De hecho, me siento muy identificada con el tíutulo de "Diarios de motocicleta" (sólo con el título pues el film no lo he visto).

Tanto es así que, además de un "Decálogo del motocilista descerebrado", he detectado síndromes específicos de los usuarios de vehículos de dos (y cuatro) ruedas. ¿Sientes curiosidad? Pues aquí los tienes:

  • Síndrome de la pata de palo. Dícese de una necesidad del motociclista perteneciente al colectivo de los motociclistas descerebrados que, aun después de arrancar y circular con fuidez, mantienen una pierna estirada preparada para topar con el asfalto. ¿Será inseguridad? ¿Tienen un subidón de adrenalina por la sensación de que, de un momento a otro van a encontrarse con un bache y se van a romper la pierna, la rótula o van a caerse y provocar un accidente?


  • Síndrome del ciclista daltónico. Dícese de la persona usuaria de una bicicleta que, inexplicablemente, ignora el color de los semáforos, especialmente cuando ese color es el rojo.

  • Síndrome del ciclista indignado. Consecuencia directamente relacionada con el síndrome del ciclista daltónico. Al infringir el significado de "NO PASAR" del rojo, puedes ver cómo el ciclista casi arrollado por un conductor respetuoso de las normas de tráfico gesticula como si alguien desde arriba moviera los hilos sin sentido, o bien tuviera un ejército de hormigas carnívoras dándole bocados en el sobaquillo (eso sí, manteniendo el equilibrio mientras sigue pedaleando cuando no le toca pasar).


  • Síndrome del conductor "chulamen". Se trata de un comportamiento prepotente de los conductores de coches de tipo todoterreno y/o de marcas Audi, Mercedes-Benz, Volkwagen o BMW, que aun cuando llevas señalizando duante más de 2m de carril, deciden que no eres merecedor de ir delante de ellos. La situación suele acabar con un bocinazo, muchas veces acompañado por un acelerón junto a tu vehículo, cual bestia rugiendo.

  • Síndrome del taxista-ciclista. Dícese del taxista y/o persona que ejerce de taxista particular de herman@, madre/padre, novi@, abuel@..., que ignorando la existencia de hermosos chaflanes urbanos, hace uso de los carriles bici para pararse tranquilamente (incluso estacionar por unos momentos) para cargar/descargar pasaje. La técnica es no mirar a los lados y, si la gente te pita, pensar en que "no es para mí".

Y por ahora ahi dejo los más comunes.

¡Feliz jueves!
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Jessica




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